Ya lo escribió el poeta Horacio Ferrer: “las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo…, ¿viste?”.
Y a medida que uno transita más y más por la ciudad, encuentra indicios, señales, acaso evidencias.
Por ejemplo: Libertad e Independencia jamás se cruzan. Tampoco lo hacen 25 de Mayo y 9 de Julio.
Piedras se convierte en Esmeralda.
Rosales y Espinosa se encuentran en barrios distintos, y ninguno es Flores.
Molière está entre Virgilio y Víctor Hugo.
El Nene nace en Sastre.
Al 5900, muere Nazca.
Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, San Juan y Santa Fe son las únicas provincias que ostentan su homenaje en respectivas avenidas. Todas las demás –¡menos Buenos Aires!– solamente tienen calles.
Madrid, París, Roma y Viena, están entre Liniers y Versalles. En cambio, Nueva York, Londres y Berlín se encuentran en Parque Chas.
No hay ninguna calle que se llame Argentina, pero sí Islandia.
Y además, puedo deslizar algunas sugerencias: no resulta conveniente andar con plata en Oro, ni peinarse en Cabello, amanecer en Gallo, beber agua en Ginebra, separarse en Pareja, seguir en Doblas, o parar en Seguí.
MAPA DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES:
http://mapa.buenosaires.gov.ar/sig/index.phtml
http://www.mapashoy.com.ar/paol/
viernes, 30 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario